23.2.08


Programa:

  • Mística Cristiana – Mística Carmelitana

  • Convirtiéndonos al Misterio.

  • Contemplar a Dios desde la comunidad.

  • El silencio contemplativo del Misterio.

  • Espíritu Santo, cumbre de la mística.

  • Ser contemplativos desde lo cotidianamente adverso o natural.

  • El misterio de la fenomenología mística.

  • El caminito para llegar al Dios contemplado.

  • La ciencia del Amor


    * Mística Cristiana y Fenómenos Extraordinarios.


    * Teresa de los Andes, Modelo de la Juventud.


    Dimensión Mistagógica del "Libro de la Vida" de Santa Teresa de Jesús

1 comentario:

Unknown dijo...

EL SILENCIO CONTEMPLATIVO DEL MISTERIO

Dios se ha revelado al hombre y de este modo da una respuesta definitiva y sobreabundante a las cuestiones que el hombre se plantea sobre le sentido y finalidad de la vida, comunica gradualmente su propio misterio, mediante obras y palabras, podemos verlo en la Historia de la Salvación, y en nuestra propia historia, la revelación definitiva es su propio Hijo Jesucristo, no podemos esperar ya mas revelaciones porque en El tenemos ya todo lo que necesitamos, la Revelación de Cristo es la plenitud.
Llevamos dentro el deseo de verlo, de encontrarnos con El, porque escribió en nuestro corazón su ley, esa intima relación con El forma parte de nuestra dignidad humana, para conocerlo con la sola luz de nuestra razón encontramos dificultades, por eso El nos ilumina con su Revelación sobre las verdades morales, religiosas y otras que superan nuestra comprensión, no podemos entrar por nosotros mismos en el misterio divino, pero el se acerca y se revela.
Hay que purificar nuestro lenguaje, sabemos que no podemos expresar plenamente el infinito misterio de Dios.
Por eso es tan importante conocer lo que Dios ha dicho de sí mismo, todo lo que El nos ha manifestado y como ha sido entendido por la fe de la Iglesia.
Somos afortunados de tener el don de la fe y el deseo ardiente de profundizar en ella, de dedicar nuestra vida a servirlo.
La pregunta:
¿Busco o contemplo al Dios del silencio desde mi silencio amoroso y desde su silencio amoroso, o hago silencio desde mis realidades para enmudecer a Dios y a su Misterio en mi?
Yo vengo de una familia numerosa, muy unida y ruidosa, que ama la vida y lo divertido de la vida, así que cuando entré al Carmelo, los primeros días en mi celdita, me sentía algo extraña: me peguntaba ¿ahora que?, pero fueron pocos días.
La alegría del Carmelo también es contagiante, ahora comprendo el silencio amoroso de Dios, y su forma de hablar a través de la vida misma, de las hermanas, y todo es ideal: tiempo de estar a solas con El, y tiempo de estar con El en medio de todas, tiempo de estar con El en el trabajo, tiempo para hablar y tiempo para escuchar, respetando los limites de su misterio, y amándolo siempre, contemplando cuánto nos ama. “Los ojos en vuestro Esposo”.

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